San Pedrito de Puerto Rico (Todus mexicanus). Foto tomada por el autor en Rincón, Puerto Rico. |
Por qué el nombre científico del San Pedrito es y seguirá siendo Todus mexicanus
El nombre científico del San Pedrito de Puerto Rico es Todus mexicanus. Sin embargo, contrario a lo que quizás implica el nombre, esta especie no está presente en Mexico, sino que es endémica y única de Puerto Rico. La razón por la cual esta ave lleva un nombre científico que implica es de México comienza cuando R. P. Lesson describe al San Pedrito junto a otras especies de Todus en 1838. R. P. Lesson, recibió la información de su hermano, A. Lesson (quien fue el que colectó algunos de los especímenes), sobre el lugar de procedencia de algunas de las especies que describió; este último le indicó, erróneamente, que el especimen colectado en Puerto Rico, provenía de México (Sharpe, 1874; Wetmore, 1927). Lo mismo, aparentemente, ocurrió con otra de las aves que A. Lesson colectó. A esta otra R. P. Lesson le llamó Todus portoricensis, porque su hermano le dijo que era de Puerto Rico.
Estudios posteriores sobre el género Todus demuestran y aclaran ciertas confusiones que existían sobre las especies de este género. Entre estas figuraban dos que son relevantes a este escrito: (1) que el ave descrita como Todus mexicanus, no era un ave endémica de México, sino más bien de Puerto Rico, y; (2) que el ave descrita como Todus portoricensis no era de Puerto Rico, sino que se refería a la especie de Cuba (Lafresnaye, 1847; Sharpe, 1874; Ridgway, 1914). De hecho, en la descripción de Todus portoricensis Lesson (1838:p.167) hace alusión a la coloración azul y rosada que se observa en el la región del cuello y en los lados del pecho, respectivamente; estas característica no se observa en la especie de Puerto Rico, pero si en la de Cuba (Farnsworth, 2009). El San Pedrito Cubano o como se le conoce allá, Cartacuba, ya había sido descrito por J. Gould en el 1837, bajo el nombre Todus multicolor. Esto significa que el nombre Todus portoricensis es un sinónimo junior de Todus multicolor (Sharpe, 1874; Ridgway, 1914) y que nunca fue utilizado para referirse a la especie de Puerto Rico. Wetmore (1927:p.454) erroneamente lista a Todus portoricensis como sinónimo junior de Todus mexicanus. Como consecuencia de esta sinonimia, el nombre Todus portoricensis queda ligado a la especie de Cuba, lo cual no permitiría su uso para la especie de Puerto Rico. Afortunadamente, desde los 1800's la comunidad científica se ha encargado de mantener claro que el Todus mexicanus es una especie endémica de Puerto Rico y no de México, sin necesidad de cambiarle el nombre, solo basta buscar un poco de información el línea o en una biblioteca.
Las intención de R. P. Lesson de nombrar a ambas especies por su lugar de procedencia eran buenas, pero al recibir la información incorrecta de su lugar de procedencia cometió un error que ya no puede ser corregido. Simplemente no se puede cambiar un nombre bajo el pretexto de que se le tiene que hacer justicia al autor original, o a la especie. De ser así, igual se podrían presentar otros casos similares como por ejemplo cambiarle el nombre científico a una de las especies de roedores endémicos que en algún momento existió en las Antillas Mayores. El Isolobodon portoricensis, descrito por J. A. Allen en 1916, nunca fue endémico de Puerto Rico, contrario a lo que indica su nombre, pero sí era endémico de La Española (Woods, 1996). Siendo aún más específico, ni siquiera se conocen especies del grupo al cual pertenece ese roedor (Capromyidae) que hayan sido endémicas de Puerto Rico.
Nota: El código prohíbe que se se utilicen casos con decisiones emitidas como referencia al momento de someter un caso nuevo, ya que son independientes el uno del otro. Sin embargo, esto no quiere decir que no se puedan someter casos similares siempre y cuando cuenten con la justificación adecuada.
Las intención de R. P. Lesson de nombrar a ambas especies por su lugar de procedencia eran buenas, pero al recibir la información incorrecta de su lugar de procedencia cometió un error que ya no puede ser corregido. Simplemente no se puede cambiar un nombre bajo el pretexto de que se le tiene que hacer justicia al autor original, o a la especie. De ser así, igual se podrían presentar otros casos similares como por ejemplo cambiarle el nombre científico a una de las especies de roedores endémicos que en algún momento existió en las Antillas Mayores. El Isolobodon portoricensis, descrito por J. A. Allen en 1916, nunca fue endémico de Puerto Rico, contrario a lo que indica su nombre, pero sí era endémico de La Española (Woods, 1996). Siendo aún más específico, ni siquiera se conocen especies del grupo al cual pertenece ese roedor (Capromyidae) que hayan sido endémicas de Puerto Rico.
Nota: El código prohíbe que se se utilicen casos con decisiones emitidas como referencia al momento de someter un caso nuevo, ya que son independientes el uno del otro. Sin embargo, esto no quiere decir que no se puedan someter casos similares siempre y cuando cuenten con la justificación adecuada.
Si nos adentramos aún más en la historia natural de la familia Todidae, a la cual pertenece el San Pedrito y tomamos en cuenta su registro fósil, podemos observar que esta familia se encontraba anteriormente en Europa y Norte América (Olson, 1976; Mayr and Knopf, 2007; Mayr and Micklich, 2010) y que el Caribe, es su último refugio. Sin embargo, esto tampoco sería justificación suficiente para cambiar su nombre.
Para terminar, quiero dejar claro que no es que esté en desacuerdo con que se nombren especies por el lugar de donde provienen o se descubren. De ser así, no existirían el Portunus yaucoensis Schweitzer et al., 2006, Psygmophthalmus lares Schweitzer et al., 2006, el Aktiogavialis puertoricensis Velez-Juarbe et al., 2007, al igual que otros que ya están en proceso de descripción.
La práctica de la taxonomía y nombrar especies no es para todos y espero que esta serie de entradas (Parte 1 aquí) les haya servido para aclarar el por qué de los nombres científicos, y por qué no siempre tienen sentido. No existe justificación suficiente para cambiarle el nombre al San Pedrito y no debe hacer falta, porque con todo y que su nombre científico sea Todus mexicanus, siempre formará parte de la interesante y hermosa flora y fauna de la isla de Puerto Rico.
Para terminar, quiero dejar claro que no es que esté en desacuerdo con que se nombren especies por el lugar de donde provienen o se descubren. De ser así, no existirían el Portunus yaucoensis Schweitzer et al., 2006, Psygmophthalmus lares Schweitzer et al., 2006, el Aktiogavialis puertoricensis Velez-Juarbe et al., 2007, al igual que otros que ya están en proceso de descripción.
La práctica de la taxonomía y nombrar especies no es para todos y espero que esta serie de entradas (Parte 1 aquí) les haya servido para aclarar el por qué de los nombres científicos, y por qué no siempre tienen sentido. No existe justificación suficiente para cambiarle el nombre al San Pedrito y no debe hacer falta, porque con todo y que su nombre científico sea Todus mexicanus, siempre formará parte de la interesante y hermosa flora y fauna de la isla de Puerto Rico.
Referencias
Allen, J. A. 1916. An extinct octodont from the island of Porto Rico, West Indies. Annals of the New York Academy of Sciences 27:17-22.
Fransworth, A. 2009. Cuban Today (Todus multicolor), Neotropical Birds Online (T. S. Schulenberg, Editor). Ithaca: Cornell Lab of Ornithology; retrieved from Neotropical Birds Online: http://neotropical.birds.cornell.edu/portal/species/overview?p_p_spp=26366
Mayr, G., and C. W. Knopf. 2007. A today (Alcediniformes: Todidae) from the early Oligocene of Germany. The Auk 124:1294-1304.
Mayr, G., and N. Micklich. 2010. New specimens of the avian taxa Eurotrochilus (Trochilidae) and Palaeotodus (Todidae) from the early Oligocene of Germany. Paläontologische Zeitschrift 84:387=395.
Olson, S. L. 1976. Oligocene fossils bearing on the origins of the Todidae and the Momotidae (Aves: Coraciiformes). Smithsonian Contributions to Paleobiology 27:111-119.
Sharpe. R. B. 1874. On the Genus Todus. Ibis 16:344-355.
Schweitzer, C. E., M. A. Iturralde-Vinent, J. L. Hetler, and J. Velez-Juarbe. 2006. Oligocene and Miocene decapods (Thalassinidea and Brachyura) from the Caribbean. Annals of the Carnegie Museum of Natural History 75:111-136.
Velez-Juarbe, J., C. A. Brochu, and H. Santos. 2007. A gharial from the Oligocene of Puerto Rico: transoceanic dispersal in the history of a non marine reptile. Proceedings of the Royal Society B 274:1245-1254.
Wetmore, A. 1927. The birds of Porto Rico and the Virgin Islands. New York Academy of Sciences, Scientific Survey of Porto Rico and the Virgin Islands 9:245-598.
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